Finalizando el año 2019, un año con retos y cambios a nivel personal y profesional nos sorprendió un sismo de magnitud 5.8 en el área suroeste de nuestro país, Puerto Rico. Sismo fuerte sentido en 5 pueblos de esta región que causó destrozos en las estructuras y cambió la vida de muchos puertorriqueños y puertorriqueñas de esta zona geográfica. Las réplicas de este sismo continuaron hasta que en la oscuridad del 7 de enero de 2020 hubo un sismo de magnitud 6.4 que básicamente ha destruido 4 de los 5 pueblos afectados, estos son los pueblos fantasmas de Puerto Rico. A poco más de un mes aún sigue temblando, aun se observan las caras de miedo, hogares y escuelas destruidas, el sistema educativo en estos pueblos no ha podido comenzar, personas desencajadas y sin saber que hacer, durmiendo en carros, en marquesinas sin querer entrar a sus hogares. La famosa normalidad tardará en regresar a la vida de muchos, pérdidas de empleos, una nueva pobreza surge, la emigración sigue vaciando nuestra isla, desesperanza y el bienestar emocional tan necesario para continuar viviendo y luchando se ha deteriorado de tal manera que las líneas de ayuda de salud mental gubernamental se han triplicado buscando consuelo y paz; añorando regresar a la famosa normalidad que les acogía.
Este es un fenómeno vivo, ya se habla que durante meses tendremos temblores diarios, ya este pasado martes tuvimos un sismo de magnitud 5 con una intensidad de VI sentida en Ponce y se estima que este ciclo puede durar hasta 10 años. Geólogos han mencionado que la energía liberada por la cantidad de réplicas ocurridos hasta finales de enero es comparada a un sismo de magnitud 6.5. En uno de estos 5 pueblos está ubicada 3WGED, es por esto por lo que en las pasadas semanas hemos tenido un receso del blog para atender las particularidades que hemos sufrido.
3WGED aboga por la importancia de desarrollar niños, niñas y jóvenes integrales, con un sentido de bienestar fuerte para que en momentos donde los traumas marcan la vida tengan las herramientas para seguir hacia adelante. Enseñar a nuestros niños, niñas y jóvenes a ser resilientes, aceptar los cambios y conocer que dentro de ellos tienen las herramientas para seguir hacia adelante es responsabilidad y tarea de cada uno de los adultos que le rodean. La familia es el punto de partida para fomentar el desarrollo emocional. Cierto es, no hay instructivos para ser padres o madres, pero si se puede aprender a desarrollar destrezas socioemocionales. La escuela es mucho más que un centro para adquirir conocimiento académico. Estudios de organizaciones como CASEL han demostrado que las destrezas socioemocionales son indispensables para mejorar el aprovechamiento académico, regular conductas, disminuir ausencias y tardanzas, y mantener a los estudiantes en la escuela. La razón y las emociones no son antagonistas, son complementos para desarrollar seres integrales. El desarrollo de la conciencia cívica y científica en los niños, niñas y jóvenes es vital para cuidar nuestro planeta Tierra. Para algunos no existe el cambio climático, para otros ciertamente entendemos que está ocurriendo, si tiene duda puede leer o ver sobre los cambios que están ocurriendo en el Ártico y la Antártida, el deshielo de los icebergs ha hecho que el nivel del agua aumente perdiéndose costas, desalinización del agua, animales y plantas en peligro. Afianzando y fortaleciendo las destrezas socioemocionales ayudará a formar niños, niñas y jóvenes más conscientes de si mismo, de los demás y del mundo que les rodea.
Esa es nuestra misión y continuaremos aportando para lograrlo. Aquí estamos desde uno de los pueblos fantasmas enviando vibraciones de fuerza y voluntad para seguir hacia adelante en calma y en conciencia plena.